Cual será la personalidad de tu marca.

Definir la personalidad de una marca significa describir a tu marca como si fuera una persona. Cual es su estilo, sus valores, sus creencias, las características únicas que la destacan. Esta es una técnica muy exitosa porque permite pensar cómo querés que tu marca sea percibida y porque querés que sea reconocida, utilizando elementos que son conocidos y familiares para todos.

Cualquiera de nosotros está en condiciones de describir cómo es una persona. Con este ejercicio perseguimos tres objetivos, uno es crear una marca que sea única y diferente a tu competencia. No hay dos personas iguales pero hay muchas marcas iguales. El segundo objetivo es ayudar a que todos los elementos que utilicés para comunicarte con tus clientes sean consistentes. Hoy tu cliente recibe cientos de mensajes, y si no sos consistente no hay manera de que llames la atención. El tercer objetivo es asegurar que la personalidad de tu marca esté alineada con la personalidad de tu cliente, como pasa con las personas. Que quiere decir esto? Tiene que haber un atractivo en tu marca que seduzca a tu cliente. Respondiendo una serie de preguntas vas a lograr alcanzar estos tres objetivos.

No te agobies o asustes con estos conceptos, vos sos capaz de definir esto, como somos capaz de definir cuál es la personalidad de un marido o de una amiga, solo debemos aplicarlo a tu marca.

En el mundo de hoy donde existen tantas posibilidades y opciones de comprar productos, diferenciarse, llamar la atención y seducir a tu cliente es la forma de lograr tu pastelería soñada!

Es un ejercicio muy poderoso que en este Método simplifiqué para que lo puedas aplicar a tu negocio. Todo el trabajo que hagas en este capítulo te va a servir para definir la identidad de tu marca y de tu negocio.

Porque para lograr esa pastelería soñada, con el formato que sea que elijas, crear una marca es fundamental.

Debes definir a quién le querés vender. Todos queremos venderle a todo el mundo pero eso es imposible. No hay ninguna marca que haya alcanzado ese objetivo.

Venderle a todo el mundo significa correr el riesgo de no venderle a nadie. Tenés que elegir por dónde empezar. Imaginate si tu hija comprara la misma marca de ropa que vos. Eso generalmente no se da en marcas fuertes. Porqué? Por que vos y tu hija tienen necesidades emocionales distintas.

Pensemos en los clientes que tenés hoy. Buscá algunos que sean incondicionales, que amen alguno de tus productos. Agarra una hoja en blanco y describilo.

No importa la edad ni sus características físicas. Lo que importa son sus preferencias y sus necesidades. Escribí:

• qué tipo de productos le interesa comprar.

• para qué crees que compra (como regalo, es goloso, etc)

• en qué momento u ocasión consume los productos que compra.

Si tenés varios tipos de clientes, armá diferentes grupos pero asegurate que cada grupo sea bien diferente uno del otro. Una vez que tengas definidos los diferentes grupos, elegí el que pienses que tiene más potencial para comprar los productos que decidiste vender.

Si no tenés clientes o pensás que los clientes que tenés hoy no son consumidores de los productos que querés vender, lo que tenés que hacer es describir a ese cliente que quisieras tener, respondiendo las mismas preguntas.

Contá tu historia. Escribí en tres líneas porqué decidiste dedicarte a la pastelería y porqué elegiste vender los productos que definiste en el módulo “Qué voy a vender”.

Pone énfasis en las emociones como qué cosas dejaste a un lado, cuál es tu vocación y tus pasiones. Quizás alguna de ustedes que estén leyendo esto, quizás digan, pero para qué me sirve esto? Parece un ejercicio de psicología. Sí, lo es. Y sirve. Porque si lográs hacerlo, si lográs contar tu historia, mágicamente podrás contarsela a otro, a ese consumidor que quiere saber qué tenés para ofrecer, que hay detrás de tu producto.

Si no lográs llevar este paso acabo, no desesperes, quizás al final de estas hojas tengas tus ideas más claras, como para poder hacer este ejercicio.

Este es un consejo que te lo dejo para cualquier parte de este Método que sientas que te sobrepasa. No dejes que te apabulle y mucho menos te baje el ánimo, sólo es cuestión de dejarlo en blanco y seguir avanzado. Porque de eso se trata ser una emprendedora. Se trata de que los obstáculos no nos detengan. Nunca. Así que ahora a seguir.

Definí algunas características de tu marca. Si tu marca fuera una persona, como la describirías, en qué cree? Cómo piensa?

El objetivo de este ejercicio persigue también alinear la personalidad de tu marca con la del cliente a quien le querés vender. No pueden ser agua y aceite. No tienen que ser iguales pero tienen que compartir algunas cosas, funciona igual que en las relaciones personales. Esa persona te va a comprar el producto porque es rico y le gusta pero también porque se siente representado por esa marca. Especialmente si los productos que te compra los va a compartir con su familia, amigos o en una celebración.

Pensá en vos como consumidora. Una persona que le gusta todo lo moderno no va a comprar un producto con una imagen clásica, aunque sea rico. Esto es súper importante de entender. Lo podría comer pero NO lo va a comprar, porque no la representa.

Conectando tu producto con tu cliente.

Se llama la promesa, porque es lo que tu marca le promete al consumidor cuando compra el producto. No es que le prometés algo material, sino más bien algo emocional. Por ejemplo cuando comprás una crema antiarrugas, la promesa más allá de lo obvio de eliminar arrugas es que te haga sentirte más joven.

La promesa de marca es la promesa sobre la cual se construye la reputación de tu negocio. Es la esencia de tu marca. Cuando la gente piensa en tu marca, pueden visualizar tu logotipo, tu nombre, pero es la promesa lo que va a identificarte y diferenciarte de tus competidores, y es lo que motiva a un cliente a regresar a comprar.

Cada uno pone en juego la reputación de su negocio al comprometerse a cumplir con las expectativas que genera la promesa que elijas, por eso debés estar segura de la promesa que tu marca entrega, antes de comunicarla a tus clientes.

Para poder encontrar cuál es la promesa de tu negocio preguntate primero:

• ¿Por qué los clientes eligen tu negocio?

• ¿Qué es lo que buscan de tu negocio y qué no pueden conseguir en otro lugar?

• ¿Qué querés que recuerden tus clientes?

• ¿Qué parte del negocio querés recalcar?

Responde estas preguntas por tu cuenta, preguntá a gente que conocés, que vos respetes, y después pedí la opinión a algunos clientes de tu confianza. Explicá lo que estás haciendo. Deciles que, estás aclarando la forma en que tu promesa de negocios es entendida por tus clientes, para mejorarla.

Después hacé una lista de todas las razones por las que los clientes eligen tu negocio y elegí aquellas que estés segura de poder entregar de manera constante y sobre los cuales estás dispuesta a apostar tu reputación. Te doy un ejemplo. Si vos ofrecés pastelería orgánica, esto va a apuntar a un cliente que le importa lo orgánico y la salud. Por ende si después empezás a vender cosas que no son orgánicas, porque no lo podés sostener, entonces es mejor no dar esa promesa.

Ahora pensá una frase que incluya lo más relevante, sería una frase que sea la que mejor te represente. La promesa se refleja en el slogan. Esa frase que va debajo del logo es lo que resume tu promesa. Así que tené esto en cuenta cuando pienses en el slogan (o eslogan en español)

Porque promesas rotas destruyen reputaciones y marcas. Tenés que mantenerte fiel a tu compromiso y hacerlo es esencial para crear confianza y lealtad en la marca, en tu negocio, y en tus productos. Como en la vida.

Porque que tenés un negocio y tu tiempo vale.

Los productos hablan por vos.

En el capitulo “qué voy a vender” trabajaste duro para definir y elegir qué productos vas a vender en tu negocio.

Repasá los resultados de ese ejercicio para estar segura de que los tenés bien presentes porque los vas a necesitar durante el proceso de búsqueda y selección de tu estilo, el nombre, el logo y el sitio de internet.

A veces me viene alguna alumna con “ Me podrás hacer el diseño de logo y página web”, cuando en realidad no tiene definido qué va a vender! Comienzan jugando con cómo les gustaría que se llame su emprendimiento pastelero, pero resulta que no están seguras de si van a dedicarse a vender mesas dulces o a vender macarons. Para esta altura del libro, entiendo que ya estamos alineados con que en este caso, por ejemplo, un consumidor que busca al especialista de macarons, irá al rey de los macarons, al que se especializó y comunicó (tema no menor) que hacía los mejores macarons, y no a alguien que vende mesas dulces y de vez en cuando también hace macarons.

Así que la consistencia que le diste a los productos que decidiste en el paso 1, comenzará a devolver tanto esfuerzo. Cuanto más clara sea la lista de esos productos, más fácil te va a resultar el camino.

Y ahora volvamos a algo de lo cual hablamos mucho:
El producto estrella. El que hayas elegido será determinante en la selección de cada uno de los elementos que definen la identidad de tu marca.

Podría suceder que descubrís que tu lista de productos no es tan sólida y poderosa como pensabas. En ese caso, detenete en este punto y regresá al capitulo “qué voy a vender” para eventualmente hacer algún ajuste o cambio. En el juego de la Oca, significa volver tres casilleros para atrás :)

Pero ojo con frustrarse! Y menos deprimirse. Si supieras la cantidad de veces que los emprendedores, que consideramos exitosos, han ido marcha atrás y han modificado o cambiado cosas. El buen emprendedor no es aquel al que todo le sale bien, no. Es aquel que tiene la flexibilidad de cambiar, las veces que sea necesario, hasta encontrar el camino correcto. Como un junco. Fuerte y súper flexible. Es aquel que es capaz de asumir que se equivocó, levantar la cabeza y seguir.

Transmitiendo la personalidad de tu marca.

Pensemos en el logotipo de tu negocio. Lo primero que debés hacer es elegir la estética de diseño exacta para tu marca. No hay un estilo que sea adecuado para todos, sino el que le encaja a tu marca e idealmente no a otra.

Hay muchos estilos posibles pero quiero mostrarte los más tradicionales, para ayudarte a encontrar el tuyo.

Los logotipos de moda pueden ser divertidos y emocionantes, pero pueden verse rápidamente desactualizados. Un estilo clásico le brinda mayor poder de permanencia y puede ayudarte a llegar a un público más amplio. Esta estética lo mantiene simple y no se adentra en paletas de colores, gráficos o fuentes. Un estilo clásico le dice a la gente que sos confiable y que llevás algunos años en el mercado. Da sensación de algo que viene con permanencia.

Hay una razón por la cual el diseño vin- tage y retro ha estado de moda desde hace bastante tiempo. Al instante te recuerdan el pasado y evocan sentimientos románticos de nostalgia. Un logotipo antiguo le dice a los clientes que la historia es importante para vos y que lo que se vende está bien hecho (como se hacía antes). Los logotipos desgastados e ilustrados a mano en paletas de color marrón y beige se ajustan a esta estética de manera hermosa.

Las marcas a menudo eligen un estilo limpio y minimalista para comunicar lo frescas y modernas que son. Este estilo utiliza una gran cantidad de espacios en blanco, detalles mínimos y líneas simples que a menudo dan como resultado logotipos elegantes. Un estilo minimalista y moderno muestra a sus clientes que su marca está actualizada, es genial y sabe lo que cuenta.

Esta es una opción popular para las marcas con un cliente objetivo joven (o joven de corazón). El estilo divertido y peculiar tiende a ser colorido, a menudo usa símbolos o ilustraciones para crear un ambiente positivo y amigable. Eligiendo una mascota o una ilustración dulce para que brille el carácter divertido de la marca.

El estilo artesanal transmite un mensaje claro: esta marca es individualista y representa la calidad hecha a mano. El estilo funciona bien en combinación con otras estéticas, como el vintage, para llevar realmente el mensaje a casa. Pero también se puede combinar con estilos mínimos y divertidos para obtener un aspecto simple y sofisticado o brillante y juvenil.

¿No podés elegir sólo uno? Por supuesto, estos estilos no son mutuamente exclusivos: solo mezclalos y combinalos para que se adapten a tu marca. Por ejemplo, tu marca puede ser tanto hecha a mano como divertida al mismo tiempo.

Para elegir cuál es la apropiada para tu negocio revisá lo que escribiste para elegir tu nombre.

Repasemos entonces los productos que vas a vender y cómo definiste la personalidad de tu marca.

Por ejemplo en relación a lo que vendes:

• Hago tortas rústicas y deliciosas.

• Elaboro pasteles elegantes.

• Mi pastelería es sana y deliciosa.

• Utilizo ingredientes de primera calidad.

• Hago los pasteles más famosos de la ciudad.

• Mi pastelería es de vanguardia y súper moderna.

Como ves cada frase te dispara ideas diferentes de la personalidad de tu marca. Esa frase será la guía para saber qué tipo de logo, y qué estilo de tipografía deberás utilizar entre estas cosas que acabamos de nombrar.

Definamos a tu cliente ideal.

Y no es en el sentido amplio de la palabra, el cliente ideal para todos, sino el cliente ideal para tu producto y para tu emprendimiento.

Puede ser que ese cliente sea un cliente actual. En ese caso será más fácil poder describirlo.

Todas las marcas tienen un consumidor ideal. Es aquel a quien el producto y la marca le encajan perfecto, le resuelve la necesidad y lo identifica plenamente.

Este cliente será tu mejor vendedor, actuará como un embajador para tu marca. Te sorprenderá lo poderoso que puede resultar para tu negocio, pero para que esto funcione así, tu marca debe conectar perfectamente con él. La identidad de marca y todos los elementos van a estar elegidos para que así sea. Entonces debés poder describirlo con tus palabras. No importa la edad o el sexo, sino cuál es el producto o los productos que ama comprar porque le resuelven sus necesidades. En qué momento los utiliza. Para qué los compra. Para darse un gusto, para agasajar? Que estilo lo representa. Es moderno, es clásico? Qué otros productos o marcas, que no sea pastelería, compra. Esta información te ayudará a entender su estilo. Con todas estas respuestas, elaborá una ficha de tu cliente. Si tenés más de un tipo, establecé varios grupos. Lo importante es que cada grupo tenga características únicas y sean diferentes entre ellos.



Volvamos a hablar de la competencia. Tema fundamental para pensar en la identidad de tu marca. Es muy importante que identifiques la imagen de tu competencia de la misma forma que lo hiciste con los productos que ellos venden.

Querrás asegurarte ser diferente y mejor que ellos, porque no nos gustaría elegir justo, la misma identidad de marca. Al mismo tiempo podrían convertirse en una fuente de inspiración para hacer algo opuesto.

Hacé una lista y buscá en internet sus logos, estudiando sus sitios en internet. Si en el proceso de búsqueda descubrís que tu idea ya está siendo utilizada por un competidor no te convendrá usarla. Tu marca tiene que ser única. Puede pasarte que te guste como una marca de otra ciudad, otro país o también de otra industria, u otro tipo de producto te llame la atención y te resulte interesante por cómo trabajó su logo o su sitio. Incluí esas marcas en la lista también. Será de mucha utilidad más adelante.